Protección al consumidor: tus derechos y cómo hacerlos valer en Argentina

Protección al consumidor, el conjunto de leyes y mecanismos que defienden a las personas que compran bienes o servicios en Argentina. Also known as defensa del consumidor, it es tu escudo contra malas prácticas, productos defectuosos y publicidad engañosa. No es un concepto abstracto: es lo que te permite devolver un heladera que no enfría, exigir una reparación gratis o denunciar una cuota oculta en tu factura.

Detrás de esta protección hay una ley real: la Ley de Defensa del Consumidor, la norma básica que garantiza transparencia, seguridad y reparación cuando algo sale mal. Esta ley aplica a todo: desde comprar un celular en una tienda hasta contratar un servicio de internet. Y no solo te protege contra empresas grandes: también cubre transacciones con pequeños comercios, plataformas digitales o incluso ventas entre particulares si hay engaño. Lo que muchos no saben es que los vendedores tienen la carga de la prueba: si decís que un producto está roto, ellos deben demostrar que no lo estaba.

La garantía legal, el derecho automático a que un producto funcione durante al menos tres meses, o seis si es un bien duradero como una heladera o un auto. no es un regalo del vendedor: es tu derecho. Y si te venden algo con una garantía de un año, eso es lo mínimo que deben cumplir, no lo máximo. También tenés derecho a ser informado: si te prometen un descuento por tiempo limitado, esa oferta debe ser real. Si te cobran algo que no te avisaron, podés reclamarlo hasta un año después.

En Argentina, muchas veces la protección al consumidor se convierte en un juego de paciencia: te dicen que llames a un call center, que envíes un mail, que esperes 30 días. Pero no tenés que aceptar eso. Tenés derecho a acudir a la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor, el organismo estatal que recibe denuncias y puede sancionar a empresas que incumplen. Y si el problema es grande —como una vivienda con defectos ocultos o un crédito con intereses ilegales—, podés acudir a la Justicia sin necesidad de un abogado. Hay centros de mediación en cada provincia que resuelven reclamos sin juicios.

Lo que ves en los posts de abajo no son historias aisladas. Son casos reales de personas que enfrentaron problemas con productos, servicios, contratos o promesas incumplidas. Algunos lograron devolver un auto con fallas mecánicas. Otros consiguieron que les reembolsaran un servicio de internet que nunca funcionó. Hay quienes lograron que les arreglaran una casa con humedad oculta, sin pagar un peso extra. Todo esto es posible porque la protección al consumidor no es un slogan: es un derecho que se ejerce.