Donald Trump y el socialismo en Argentina: ¿Qué relación hay?

Donald Trump, ex presidente de Estados Unidos y figura central del populismo de derecha en el siglo XXI. También conocido como el líder del trumpismo, su estilo político no tiene nada que ver con el socialismo, pero su influencia sí ha moldeado cómo se entiende la izquierda en Argentina. Mientras los socialistas argentinos luchan por salarios justos, salud pública y educación gratuita, Trump promovió recortes a los servicios sociales, desregularon sindicatos y atacó a los inmigrantes. Esas decisiones no solo cambiaron Estados Unidos: también sirvieron como espejo para quienes en Argentina quieren defender el modelo socialdemócrata.

El populismo, una estrategia política que apela a las emociones frente a la razón, y que se presenta como voz del "pueblo" contra las élites es lo que une a Trump con algunos líderes locales, aunque con ideologías opuestas. En Argentina, el populismo de izquierda busca redistribuir la riqueza; el de Trump buscaba proteger a los ricos y criminalizar a los pobres. Pero ambos usan el mismo truco: hacer creer que el enemigo está afuera —ya sea el inmigrante, el sindicato o el Estado— para desviar la atención de quién realmente controla el poder.

La derecha radical, un movimiento que rechaza el pluralismo, la democracia liberal y los derechos humanos en nombre de la tradición o la seguridad nacional que Trump representó inspiró a sectores conservadores en Argentina a endurecer sus discursos contra el socialismo. Hoy, cuando alguien dice "el socialismo va a destruir la economía", muchas veces está repitiendo frases que salieron de los discursos de Trump. Pero en Argentina, el socialismo no es una amenaza: es lo que permitió que millones de personas tuvieran acceso a la salud, a la educación y a un salario mínimo que no es una ilusión.

Lo curioso es que, en medio de toda esta polarización, los artículos que aparecen aquí no hablan de Trump como figura política, sino como símbolo. Como referencia para entender qué no queremos. Por eso, entre las publicaciones que encontrarás, hay textos sobre la dignidad del trabajo, sobre los derechos de los trabajadores, sobre cómo la ropa puede ser un acto político, y sobre cómo los símbolos revolucionarios —como los jeans o las camisas de cuadros— nacieron de la lucha, no del marketing. Todo eso es lo opuesto a lo que Trump representó. Y por eso, en este sitio, cuando se menciona su nombre, no es para celebrarlo. Es para recordar por qué seguimos luchando.