Mujeres revolucionarias: las que cambiaron Argentina con su lucha

mujeres revolucionarias, mujeres que desafiaron el orden establecido para construir una sociedad más justa, con igualdad y derechos para todos. También conocidas como luchadoras sociales, fueron las que organizaron huelgas, fundaron escuelas, defendieron el voto femenino y pusieron el cuerpo en las calles cuando nadie las escuchaba. No fueron figuras de papel ni símbolos decorativos. Eran madres, obreras, maestras, enfermeras y sindicalistas que se levantaban temprano, trabajaban todo el día y luego se reunían en círculos clandestinos para planear la revolución.

Estas mujeres no esperaron permiso. Cuando el socialismo argentino empezaba a tomar forma, ellas fueron las que llevaron las ideas a las fábricas, a los barrios populares, a los hogares donde la pobreza apretaba más que la ley. En los años 20, en las fábricas textiles de La Boca, fueron ellas las que pararon la producción hasta que se reconoció el derecho a un salario igual. En los 70, en las universidades, fueron ellas las que tradujeron los textos de Marx y Engels al lenguaje de las madres solteras, de las empleadas domésticas, de las chicas que no podían estudiar porque no tenían quién cuidara a sus hermanos.

la lucha feminista, el movimiento que exige igualdad de género como parte esencial de la justicia social, no es un anexo del socialismo: es su corazón. Sin las mujeres que exigieron el derecho al aborto, a la educación, a no ser violadas en el trabajo, el socialismo argentino sería solo un discurso vacío. Y sin ellas, las leyes laborales que hoy protegen a los trabajadores —como las que prohíben el despido por embarazo o exigen guarderías en las empresas— no existirían. derechos de las mujeres, el conjunto de garantías que aseguran que las mujeres no sean tratadas como ciudadanas de segunda, no son un regalo de los hombres en el poder: fueron arrancadas con huelgas, con cárcel, con despidos, con amenazas. En los 90, cuando el gobierno quería recortar el gasto social, fueron las mujeres de las organizaciones populares las que se organizaron en comedores, en talleres, en redes de cuidado, y mantuvieron vivas a las comunidades.

Lo que ves en las calles hoy —las marchas del 8M, las banderas violetas, los discursos sobre equidad— no nació de la nada. Viene de las manos de mujeres que nadie registró, que no aparecen en los libros de historia, pero que cambiaron todo. Ellas fueron las que entendieron que no se puede hablar de justicia social si las mujeres siguen siendo las únicas que limpian, cuidan, trabajan sin pagar y callan por miedo.

En esta colección de artículos encontrarás historias reales, no mitos. Verás cómo una obrera de Tucumán logró que se reconociera el trabajo doméstico como trabajo, cómo una docente de Mendoza organizó el primer sindicato de mujeres en la escuela pública, cómo una militante de Rosario usó la ropa como símbolo de resistencia. No son cuentos de héroes. Son ejemplos de mujeres que no se rindieron, que se levantaron, que se unieron. Y que, con eso, hicieron historia.

¿Qué simboliza el sombrero rosa en los movimientos revolucionarios?

¿Qué simboliza el sombrero rosa en los movimientos revolucionarios?

El sombrero rosa es un símbolo global de resistencia feminista que nació en 2017 y se ha convertido en un acto de memoria, solidaridad y protesta contra la opresión de los derechos reproductivos. Su poder está en su simplicidad y en su uso colectivo.