Diseño pasivo: cómo construir casas que ahorran energía sin electricidad

El diseño pasivo, un enfoque de arquitectura que maximiza el confort térmico usando solo la orientación, los materiales y la naturaleza, sin sistemas mecánicos. También conocido como arquitectura bioclimática, es la forma más barata y efectiva de tener una casa cómoda en invierno y fresca en verano, sin gastar en aire acondicionado o calefacción. En Argentina, donde los picos de calor y frío pueden disparar tu factura de luz, el diseño pasivo no es un lujo: es una necesidad real.

Funciona con cuatro pilares simples: orientación solar, colocar las ventanas grandes al norte para captar el sol de invierno y protegerlas del sol de verano con overhanging, aislamiento térmico, usar paredes gruesas, doble vidrio o materiales como lana de roca para que el calor no entre ni salga, ventilación natural, diseñar aberturas que permitan que el viento atraviese la casa y saque el aire caliente, y masa térmica, poner pisos de hormigón, piedra o ladrillo que absorben el calor durante el día y lo liberan lento por la noche. Estas no son ideas de libros: son técnicas que ya usan familias en Villa Pueyrredón, Liniers y otros barrios donde el clima es extremo y el presupuesto es ajustado.

Lo que muchos no saben es que el diseño pasivo no requiere tecnologías caras ni certificaciones complicadas. Puedes aplicarlo desde el primer boceto de tu casa, o incluso en una reforma. ¿Quieres que tu departamento en Palermo no se convierta en un horno en enero? Entonces, la orientación de tus ventanas importa más que el piso de mármol. ¿Tu casa en barrios cerrados tiene paredes delgadas y te cuesta calentarla en julio? El aislamiento no es un gasto: es un ahorro que se paga en dos años. No necesitas ser arquitecto para entenderlo: solo necesitas saber qué preguntar antes de firmar un contrato o empezar una obra.

En las publicaciones que encontrarás aquí, vas a ver cómo gente común en Argentina está aplicando esto: desde divisiones móviles que ayudan a controlar el flujo de aire, hasta cómo evaluar el ruido ambiental para elegir una vivienda que también sea silenciosa y tranquila. No hablamos de teoría. Hablamos de casas reales, con familias que ya bajaron su factura de luz, que duermen mejor y que no dependen de la electricidad para estar cómodas. Esto no es futuro. Es hoy. Y si estás pensando en comprar, construir o mejorar tu hogar, lo que sigue te va a ahorrar dinero, estrés y mucho tiempo.

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